domingo, 12 de julio de 2009

nota musical. la más larga de este blog

Le advertí a caro en estos días que iba a escribir algo sobre la música, porque el otro día vi en su blog una frase super linda sobre la energía que da la música.

Yo no era muy musical, creo. Aunque sí... cuando niña quise aprender a tocar violín y estaba aprendiendo a solfear, tenía como 10 años, pero estaba en una academia que parecía un colegio y las clases eran los viernes por la tarde. Entonces era salir de un colegio para ir a otro, lo cual de por sí me ponía nerviosa. Y en clase pues con esta incapacidad para las matemáticas y cualquier suma, resta o abstracción mental que haya que hacer, me costaba trabajo el tema del solfeo. Preguntaba más que los demás y me demoraba más que los demás, y me distraía más que los demás pensando cuándo era que arrancábamos con el violín... Hasta que me dijeron que el examen final del nivel básico era presentarse al frente de unos jurados-profesores, en un escenario, a solfear.

Los tres o cuatro lectores que tenga este blog no lo van a creer pero yo era una niña muy muy tímida. La idea de pararme en frente de una gente a hacer: ta, tata, tataa ta...además de parecerme estúpida, me aterrorizaba. En mi cabeza infantil (y ahora en mi cabeza adulta) estaba claro que uno se para en un escenario al menos cuando le pueda sacar un par de sonidos al instrumento, y no a hacer tatata, tratando de llevar la cuenta en la cabeza. Entonces no volví a la clase de violín y mi mamá me perdió la fe... nunca me creyó que no era cosa de indisciplina, sino de pura verguenza. De ahí en adelante, he tenido profesores informales que no me han enseñado a solfear pero que me han hecho ver el bien que hace la música. Mi hermana me enseñó a oir música creo, cuando dormíamos las dos en el mismo cuarto...luego mi amiga larita me salió con sus cassettes de tango cuando estábamos en el colegio y de ahí en adelante...hasta llegar a esteban y a caro, que me tiene paciencia cada vez que le pregunto exactamente quién es el que suena en su ipod cuando almorzamos en el barrio de la sudadera...nunca acierto a nada, y hago preguntas flojísimas sobre bob dylan, pero caro me tiene paciencia.

Sin embargo, yo tengo mi historia con la música y nos entendemos muy bien. Soy obsesiva con las canciones que me gustan, y las oigo y las oigo y vuelvo y las oigo en un mismo día. Esteban no está de acuerdo con eso..que yo agote una canción de esa forma despiadada. pero a mí no se me agota una canción por más que la oiga. Es parte de mi personalidad compulsiva... Ahora sé cantar y tocar el piano con una sola mano (es indignante pero qué hacemos, si oigo lo que hace una mano no puedo oir lo que hace la otra. es mientras encontramos una educación formal).

Cuando uno tiene una historia con la música, el destino se le vuelve musical. Entonces uno se encuentra las canciones que le gustan en lugares y en momentos significativos, como si alguien supiera que es el momento de poner esa canción. Es como si Dios, encima de estar decidiéndole a uno el destino, le decidiera también la banda sonora de la vida y fuera el dj en momentos importantes. Estas últimas semanas han sido de pura música, porque volví a rock al parque después de algunos años de ausencia, y me acordé de cosas desde que tengo 18 años...me pasaron por la cabeza todos mis novios porque con todos iba sagradamente. manuel, santiago y esteban me rondan desde hace dos semanas; una noche me sueño con uno, después con el otro. Ha sido un trance raro de música y amor...cursi, otra vez, pero es verdad...

Sin embargo, el concierto al que fui anoche...no lo puedo explicar. Dios estaba especialmente nostálgico, parece, indulgente también...me cumplió un deseo musical que yo ni siquiera había deseado. El viernes sucedió el primer milagro y es que en medio de mi alúd de trabajo me di cuenta que había concierto de Rodolfo Mederos, el señor del que hablé hace unos meses en alguna nota de este blog, que hace tango, que vi su programa en film & arts y que me hizo llorar...pues había un único concierto ayer por la noche. Con la dificultad de que ayer, justamente, había un baby shower en mi casa para la hija de la prima de mi mamá. Afortunadamente mis citas con el doctorcito de ojos azules hacen cada vez más efecto, y cada vez hago menos cosas por obligación, y cada vez respeto más lo que yo quiero hacer por encima de lo que tengo que hacer. Entonces me escapé del shower y dejé a todo el mundo tirado y me fui al concierto. Me tocó detrás de una señora que olía a flores, super rico. Eso me hizo todo más bonito.

No puedo demorarme mucho más explicando lo qeu fue ese concierto. No podría tampoco...puedo decir que el corazón me latía a toda velocidad. Lo otro que quiero ratificar en la noche de hoy, para quienes llegaron a leer hasta acá, o para mi sola, es que sí es verdad que hay canciones que están en el destino de uno. Yo tengo una, que es la milonga del ángel. Yo siento a veces que mi vida está contenida en esa canción. Y sí está. Anoche lo comprobé. Rodolfo Mederos tocó la milonga del ángel, sin estar en el programa, justo antes del intermedio, cuando el director de la orquesta lo hizo devolver al escenario y le dijo: una más? y el señor, que parece un ángel, aceptó. Y tocó esta canción, que me conmueve hasta el fondo del alma. Anoche, en ese concierto, me salí del cuerpo. Y a Rodolfo Mederos le habló al oído mi hada madrina y le dijo que por favor tocara mi canción porque yo estaba ahí mirándolo, a punto de desmayarme en la segunda fila... menos mal existen las hadas madrinas, pensaba yo cuando ya estaba en mi cama. y menos mal existe la música, porque que le ayuda a uno a sanar el corazón.
Hoy amanecí super nostálgica del concierto. pero no importa. la nostalgia es mi estado natural y ya sabemos vivir con eso...

2 comentarios:

CarolinaVK dijo...

Una hada madrina me llevó a Dinamarca y recuperé la felicidad... o entendí la felicidad en el momento en que la estaba viviendo y no después.

Es todo por la música y esa gente divina que se monta a un escenario a hacer lo que más le gusta en la vida, que resulta ser lo que más feliz me hace en la vida a mí. ¿No es increíble ese poder?

COPO dijo...

Existen las hadas madrinas y existen los angelitos, Angelín.
Nunca había oído esa canción. Es hermosa, gracias por incluirla en mi playlist.