domingo, 20 de noviembre de 2011

Love revisited

Vengo amenazando hace varios meses con que voy a escribir una novela de atrás para adelante, empezando por la cubierta que la tendrá que diseñar ana sanchez, y la contra que la tendré que escribir yo, y de ahí desde el final hasta el principio. Todo empezó por un mal chiste en twitter, en esos días en que uno cuenta hasta de qué color son sus medias, y comenté que escribiría una novela titulada love revisited. Luego elaboré la idea en un almuerzo con ana y carolopez, y acordamos que si ya tenía pensada la contra del libro y el final de la historia, debería entonces escribirla de atrás para adelante, o de hoy para ayer. Dije que sí.

Sin embargo uno es consciente de sus limitaciones, y si desde los dieciocho años nunca volví a tener el juicio de escribir historietas cortas, nada pulidas, menos voy ahora, que estoy contaminada de banco y de monotonía, a escribir una novela sobre el amor, y encima de atrás para adelante. Tengo ideas, sí, y habrá un blog especial para los intentos que seguramente serán fallidos, pero una novela pues no lo sé. Lo importante es el intento y como dicen los profesores mamertos ¨el ejercicio¨, para no defraudar a mis amigas que le tienen fe a todos mis desvaríos y me aplauden cada idea de locos. Cómo no aprovechar estos gestos de amistad.

En love revisited habrá personajes femeninos, eso sí, muchos, o tal vez no muchos pero sí muy femeninos. Habrá mamás que imponen su mamadez a sus hijas, habrá hijas tratando de imaginarse cómo ser mamás, habrá solteras y habrá comprometidas y estaré yo de alguna forma, omnipresente, con mis videos sobre la feminidad y el amor. Y sobre el aburrimientos seguramente también.

Como preámbulo a todo esto, y una vez más debido a acontecimientos recientes y coyunturales como mi viaje a nueva york y recientes encuentros cercanos del tercer tipo con esa raza extraterrestre que son los hombres, escribo esta nota para ampliar mi pensamiento de ayer, mi pregunta de porqué se hace tan difícil relacionarse, enamorarse, enredarse; en últimas, acompañarse. Ayer le decía a caro venegas eso justamente. Frente al desconcierto que he vivido esta semana ayer vi claramente la ironía: cuando yo era adolescente y estaba en el colegio no tenía idea de lo que era una relación; mis novios no tenían en qué caerse muertos; los planes más audaces eran ir a fumar marihuana en círculo oyendo bob marley, o irnos de paseo a la finca de alguien siempre y cuando fuera una mamá. Cuando tuve mi primer novio nos tocaba hacer visita en el estudio de mi casa y máximo hasta las 11 de la noche. El resto de la relación se daba por cuenta de eternas conversaciones telefónicas en las que nos contábamos hasta qué habíamos comido al almuerzo. No había mucho más que hacer...encerrarnos a bluyinear cuando se podía.

El caso es que en esa época el amor era más fácil. Era fácil. Uno conocía un man en una fiesta, el man sacaba a bailar, pedía el teléfono, llamaba la siguiente semana y si la cosa arrancaba pues uno ya no se volvía a separar. Fluían naturalmente las muestras de amor: cartas, flores, tequieros, teamos, no puedo vivir sin ti. Estaba uno en clase con la cabeza en un globo y el mundo entero, con todas sus contradicciones, tenía sentido. Lo de menos era el presupuesto de la relación. Si alcanzaba para echar baile el fin de semana era perfecto, si no, había que buscar donde meterse debajo de una cobija y manosearse hasta el hastío viendo una película. Todo eso se podía. Sin tener aún carrera profesional, ni celular, ni devengar un sueldo, ni vivir solo en un apartamento; aún sin estar liberado del yugo de los papás el amor se podía. Me acuerdo que a pesar de los tapujos e inconvenientes de tener una relación medio seria a los dieciocho años, yo siempre supe lo que los manes sentían por mí porque me lo decían, así simplemente, y porque se notaba todos los días en el tiempo que compartía con ellos, así fuera telefónico o telepático. Mis novios fueron a bautizos, primeras comuniones, matrimonios, novenas y todo tipo de eventos familiares íntimos. Compartieron conmigo enfermedades, entierros, y situaciones económicas difíciles en mi familia en las que tocaba racionar la mesada entonces ya no se podía tanto cine ni tanto baile... Esos manes estaban conmigo todo el tiempo.

Pero entonces uno crece y vienen las tusas y los arrepentimientos, y es como si le cambiaran el corazón a la gente. Ya hay más desconfianza que amor, ya no hay el impulso de mandarse de narices y enamorarse sin pensar mucho en la consecuencia. Es raro porque cuando uno crece, que es cuando debería estar más listo para querer a alguien a lo bien, con los medios requeridos, con la independencia, con el presupuesto para la diversión o para lo que sea, entonces las cosas ya no se dan. Porque los manes, y seguramente también las mujeres, andan con el corazón herido y medio infartado. El momento en el que uno debería estar más seguro, más decidido, es el momento en el que entramos a la pesadilla de encuentros-despedidas-elucubraciones-abandonos... Ya cada uno cela lo que siente y no se lo explica a nadie. Saber si un man siente o no algo por uno es una proeza y toca conjurar y consultar oráculos para poder llegar a lo que verdaderamente tienen por dentro. Es un milagro cuando el momento se da para compartir tres horas juntos en los que ninguno sabe qué decir para no caer, y luego esperar que la rueda vuelva y de la vuelta para encontrarse otra vez, y así... A este punto esperar compañía de la verdadera es iluso; que te acompañen al bautizo o cuando estás en una clínica, o simplemente que se queden a tomar onces o a jugar cartas, eso ya se hace imposible. Que estén dos semanas seguidas ahí. Es imposible. Que llamen por teléfono, es imposible.

Ya el amor cuando uno crece tiene que ver también con adquirir aptitudes y sobre todo paciencia de enfermero para entender las heridas del otro y poder con las de uno. Toca hacer el malabar para que los dolores de uno no dañen al otro, pero también entender los dolores del otro para que aprendan a vivir con los de uno. Hay que desarrollar altas capacidades psicológicas para comprender devenires, confusiones, y además mantener adentro la ilusión. Muy difícil. Extenuante. Sería bonito que todo el mundo pudiera sanarse rapidito; que pudiera sanarse la desconfianza, el miedo, el ego...todas las cosas que se cagan al siguiente en la línea y que seguramente tienen toda la intención de quererlo a uno.

Si todos pensáramos en ese siguiente en la línea, que no tiene todo el tiempo del mundo para esperarnos, pues sería más fácil encontrarnos. No andar como sobrevivientes de guerra con dolencias por el mundo, confiando en que el enfermero se siente a esperar la evolución del paciente hasta que buenamente sea capaz de dar algo. Es muy irónico todo esto. Yo no quiero vivir en el mundo de los enfermos del corazón porque el mío está latiendo ahí siempre siempre siempre; con dolores, pero late porque es muy terco y porque nunca va a aceptar esta miseria. Eso sí, lo que menos quiero es enamorarme de un enfermero... sobre todo porque en general son feos...

Esperen esto y más en personajes, pequeños capítulos y parlamentos en Love revisited...si mi juicio lo permite..

viernes, 5 de agosto de 2011

barcelona-paris-barcelona (nota escrita en los primeros días de agosto)

Este viaje ha sido una purga. Como lo he dicho varias veces. Más que vacaciones o lo que fuera se trataba de venir y destapar la gran olla de los recuerdos. Pasar otra vez por los escenarios donde pensé que todo seguía dibujada; tocaba mirarse otra vez en ese espejo a ver si me veía.
En Paris llovió mucho. Los llevé bien los días que acompañé a mi amiga con su bebé. Tomamos onces laargas y nos bañamos tarde. Nos acordamos de cuando nos conocimos y todas las penurias en el cuartico de diez metros cuadrado, avenue klebber. Los siete pisos y el baño sur palier; mi receta de lentejas y mis fines de semana en invierno encerrada tomando ajiaco.
Los ratos que salí al inicio de esa semana fueron raros. Lentamente salí del jetlag y el francés me volvió a la lengua y a la cabeza como si nunca se hubiera ido. Las estaciones de metro y el olor a orines; el exhosto de los carros en la calle que también tiene un olor especial. Sube y baja de escaleras, y gente afanada con cara de poker. Cielo gris.

Pronto me acordé del cansancio, de la incertidumbre, de la soledad de Paris. Los lugares que empecé a visitar en mi mente y en la vida real ya no tenían la misma imagen. Esta vez era un escenario inerte. Simplemente un lugar de París que ya conozco y que me sé de memoria. Pero la emoción del recuerdo se me fue esfumando, no sé porqué. Fue clarísimo. Nos estábamos divorciando. De pronto fue el clima. Seguro.

En Barcelona pasé una semana. Fue mucho más de lo que me imaginé. Diversión, risa, compañía, español. Lo que siempre fue mientras viví en Paris. El lugar donde estaba calientico, más fácil todo, más cerca. Donde la gente está pendiente de mí, me quiere ver, me espera y me consciente. Y sol, y calor, y verano y un poco de mar. Terapéutico. El descanso de la purga parisina, esa matanza de ideales y de romances; la vista de una maqueta encantadora donde se entierran mis buenos tiempos, pero donde ya no los encuentro.

Ayer debía volver a parís para pasar mis últimos cuatro días y hacer allá lo que falta: musée du moyenne age, grande epicerie de paris, shakespeare and co.; ese sitio sí no se va a desencantar nunca nunca. necesito ir a comprar un libro de raymond carver para que me lo empaquen en regalo. Ayer amanecí descolocada, ansiosa; ni una nube en barcelona; calor y gente en la calle; delicias de comer; la ciudad viva. No quería irme. Pensé mil veces cambiar el pasaje y con jose incluso averiguamos. muy caro. Finalmente me monté al avión con la esperanza de encontrar el sol en parís, o por lo menos la no-lluvia que me anunció thomas días atrás. Pero me fui con ganas de quedarme en el verdadero verano de barcelona porque entre otras cosas a eso había venido. A la playa y a calor. No solo a cazar fantasmas en las calles parisina, sino al descanso y al olvido fácil.

A punto de aterrizar en París el capitán anuncia que el avión puede que se mueva más de lo normal. Hace un tiempo terrible. Llueve. Temperatura máxima de 20 grados y mínima de 16. Temperatura actual de 19. Recordando el término de la "sensación térmica" de natalia y tomás en barcelona, de la que nos reíamos todos los días, mi sensación térmica en ese momento era de 0 grados centígrados. Helada. Hueco en el estómago. Soportar cuatro días de lluvia perdiéndome el sol de barcelona. Thom se va el sábado de vacaciones y el domingo va a ser fuerte. Y porqué me tengo que aguantar yo esta putada? De París o de la vida o del que sea. Este humor negro no me gusta y me tiene harta. Tuve un terrible impulso, rabioso y rebelde y pregunté a la abuelita que iba al lado mío con la nieta, barcelonesas las dos, que estaban casi más decepcionadas que yo con el clima: señora, sabe qué tiempo habrá mañana en barcelona? y me dijo: en parís? llueve todo el fin de semana. Le respondí: no, en barcelona. La señora dice: a no, en barcelona hará bueno. Y yo pensé: pues yo aquí no me quedo.

Me bajé del avión con las manos temblando y afán absoluto de encontrar mi maleta para inmediatamente volver a barcelona. Era una reivindicación. Un acto de amor por mí, así como los que hago por todo el mundo. Una medicina, una curación. En la pantalla dos vuelos, uno a las 6:30pm y otro a las 9:30 pm. Eran las 5:00pm. Mi maleta salió de tercera. Salí corriendo agradeciendo las rueditas que la hacen moverse en todas las direcciones y encontré pronto el ascensor para subir al lugar donde todo el mundo se va, y abandonar ese piso a donde todo el mundo llega. Counter de vueling: mademoiselle, il faut absoluement que je retourne a barcelone tout de suite. Nuevo pasaje. Nuevo chequeo. Llamada a jose que se había quedado con el corazón roto, rotísimo: jose, no sabes lo que hice. vuelvo a barcelona, en parís está lloviendo. voy para tu casa con cinco euros en el bolsillo.

No me pregunten cuánto me costó el video pero me sanó el corazón. Hizo que este viaje valiera la pena. De vuelta en Barcelona la vida volvió a ser y no volveré a parís sino hasta el domingo. el lunes voy para bogotá. París ya no me hace lo mismo. Sin duda me estoy volviendo inmune a sus encantos. así como a uno le pasa con los exnovios. los quiere, los quiere y los quiere hasta el día que ya no los quiere más, y pasan al cajoncito de ¨personas especiales¨, sin más.

Con todo esto mi destino se destapona un poco. se resuelve.



sábado, 16 de julio de 2011

Noche irónica de avión parte II

Finalmente en el avión el del extremo izquierdo, director de arte de donjuan, colombiano con pinta de francés, estaba contento. Tenía un itinerario europeo apretado que cumplir en dos semanas: bcn, roma, venecia, no sé qué más. Y en mitad del viaje planeaba proponerle matrimonio a su novia que estudia en londres y pronto estará de vuelta en bogotá. De todos los itinerarios que se desbarataron más adelante este es el que más me dolió; más que el mío.

Ya todo el mundo sentado arrancamos. llegamos hasta la pista y el avión cambia de dirección y se empieza a devolver. ???? Yo ni me había dado cuenta xq ya me estaba durmiendo. Depronto avisan en el francés rápido del capitán que uno de los motores está dañado y que hay que devolverse para arreglarlo. Luego parquean el avión y nos comentan que se demoran una hora en revisarlo y hacer pruebas. Y el man reporta: si ca marche, on part (si funciona, nos vamos) y yo pregunté: et si ca marche pas? El aeromozo con cara de marica según el barranquillero de la fila de adelante se hizo el loco.

Esa hora se hizo hora y media. A las siete y media seguíamos sancochándonos en el avión pero la estábamos pasando bien; siempre sirvieron todo primero del lado derecho, donde yo estaba, entonces alcancé a tomar una champañita. Se me ocurrió preguntarles a mis vecinos por las conexiones y les cambió la cara. claro. las iban a perder todas. el del extremo izquierdo se descompuso y se quedó callado. En ese momento otra información: el motor no se logró arreglar. debemos desembarcar.

Me volví el centro de infomación y comunicación de mi área respondiendo las preguntas y haciendo otras más a los azafatos que estaban confundidos, cansados, e incluso más incómodos que nosotros los viajeros. Claro, son franceses. Siempre van a estar más incómodos que todo el mundo. E informaron algo peor a las 8:00pm: inmigración no nos puede recibir en este momento (como salimos del país debíamos volver a entrar) y hay que esperar una hora y media más. Pero no se preocupen, les vamos a servir la comida en el avión, les vamos a dar kit de audífonos y les vamos a poner una película para que no se aburran.

Ahí empezó todo a ser verdaderamente surreal. Estábamos incómodos y preocupados, pero la gente se quedó en silencio esperando la comida, otros se conectaron a las películas (incluyendo el del extremo izquierdo que me dio una lección de verdadera paciencia) y yo no lo podía creer. solo me preguntaba si el baño de un avión en tierra funciona, por el tema de la succión. Porque me quedé con la idea que tenía de niña de que el baño de los aviones es en realidad un hueco, y cuando uno hace flush se abre una pequeña compuerta que deja salir los orines o lo que sea, y los expulsa en la atmósfera. Díganme quién se va a dar cuenta...
Contra mis pronósticos el baño sí funcionaba y la succión estaba, evidentemente. Se me disolvió la única creencia infantil que me quedaba. sentí verguenza y me dio risa.

Entonces me llama Caro y me pregunta que cómo voy y yo le explico: estamos comiendo y viendo cine en el avión porqeue no es momento de bajarnos... 9pm. Me hizo soltar una carcajada muy imprudente cuando me dijo: eres tom hanks. solo que no estás encerrada en el aeropuerto sino en el avión. Y ahí se me hizo todo super claro; vi lo irónico de la noche. todo lo que quería era irme y efectivamente estaba comiendo en el avión, con el sello de emigrante y el cojín en U alrededor del cuello. Pero no iba a ninguna parte. En ese momento el barranquillero de la fila de adelante suelta lo siguiente: Oigan, Ferna dice que a él sí le ha gustado mucho este vuelo porque no se ha movido casi. Nada de turbulencia. Parece que no estuviéramos volando... risa absoluta. el mejor chiste de la noche.

No tengo tiempo de narrar el resto de la historia y lo que fue tramitar la anulación del sello de emigración y encontrar mi maleta porque me tengo que ir al aeropuerto. A chequearme otra vez y a pelear por una indemnización. El vuelo de hoy sale a las 6:30pm. Échenme la buena que de verdad necesito llegar a parís, aunque mi urgencia es diferente a la de los otros; no hay conexiones ni propuestas de matrimonio pero sí está allá un pedazo de mi vida que necesito ir a ver. ya contaré cómo me va. si tuiter funciona pues por ahí será.

Noche irónica de avión

Después de tanta espera llegó el día de ir a París y todo estaba listo. Hubo que cambiar de maleta a última hora porque el maletín que me dejó mi tía simplemente no se podía cargar. Estaba como contrahecho; tenía ruedas pero no se quedaba parado y las manijas eran muy largas. inestable. yo no podía andar así por los metros de parís. entonces la prima adorada trajo su maleta moderna y todo funcionó. Anda en todas las direcciones y uno la puede empujar desde cualquier esquina. es como el prosche de las maletas. yo feliz.

La sala de espera estaba llena absolutamente. yo cansadísima me estaba durmiendo en la silla desde las cuatro de la tarde, en ese calor, esperando a montarme en el avión y deconectarme de este planeta ahora sí. Pensando en mis paseos parisinos, en los chouqttes, en shakespeare and co. Pensando en ir a ver brillar en sena sentada en la puntica de la isla san luis. no es nada extravagante lo que quiero ir a hacer a paris. solo a ver que todavía estén los escenarios uqe tengo en la cabeza. aunque ya muchos amigos se fueron y la vida de todos es distinta. pero al menos que las esquinas se queden, que los olores persistan. necesito verificarlo.

La gente en la sala de espera me llamaba la atención porque venían de muchos países. no pensé que bogotá fuera una ciudad de conexión tan importante pero había italianos, franceses obviamente, muchos inglese, chinos, y gente como de indonesia; un tipo que parecía el papá de los boy boy palaboy. la misma cara: yo muerta de la risa interna y el twiter sin funcionar maldita sea. La sal no sala y el tuiter no tuitea se me ocurrió en un momento y no lo pude tuitear; ni tampoco que es un poco vergonzoso cuando el observado se da cuenta de que es observado. Vergonzoso para el que observa quiero decir..

Finalmente nos subimos al avión y me tocó en una fila de cuatro personas, entre tres manes, siendo yo la segunda de derecha a izquierda. a mi derecha un señor italiano que se durmió desde que se sentó en la silla y a mi izquierda un holandés con cara de colombiano. La charla la inició el que iba sentado en el extremo izquierdo. Colombiano, con toda la pinta de francés; ojos azules y peinado moderno, camiseta de rayas y un bigote de esos que se usan ahora. Es el director de arte de la revista don juan. rompió el hielo preguntándole al holandés que cuánto tiempo había estado en bogotá y el tráfico y lo demás...tatata...yo callada. Los dos tenían buen humor y cuando hablaron del estado de bogotá para recibir el sub 20 pues no pude más y solté la risa y desde ahí hubo buena conversa mientras se subían los miles de personas, acomodaban maletas, le daban teta a bebés, trabajaban en sus ipads. y una fila de barranquilleros adelante nuestro que no cerraban la boca. sin embargo les reconozco que hicieron el mejor chiste de la noche , que contaré más adelante.

Tengo que irme en este minuto pero ya vuelo a escribir de la mejor parte...

domingo, 3 de julio de 2011

sobre la noche de anoche

Aprovechando que tengo la mano suelta. Anoche pensé que quería escribir esta nota pero que no se me olvidaran las cosas; porque se me olvidan y últimamente cuando llego a esta pantallita se me ha esfumado el pensamiento. Entonces anoté en el bbry y hoy consulto.

Anoche hice de consorte de mi amiga xime para ir a ver un man que conocimos el martes y que le fascinó. Se llama Gabriel. Sí es verdad que tiene nombre de ángel. Yo ayer no quería hacer nada porque tengo pms y cansancio crónico. Además en la mañana fui de shopping con mi tía y mi mamá; sólo a mí se me ocurre: te queda mejor el gris, te queda mejor el beige, se te levanta en la cola; de pronto es muy apretado... Paciencia infinita y mucho amor.
Ese plan me quitó la poca energía que tenía. Y de pronto un sms de xime: que Gabriel nos invita a conocer su casa en la 74 con 11; donde además queda su fundación y trabaja en cosas de desarrollo rural y planes de salud y no sé qué. El martes el man sí me habló de eso y yo fingí atención, pero en realidad tenía la cabeza en otra parte. He hablado ya de mi talento para simular concentración cuando estoy pensando en otra cosa.

Dije que bueno pero que me tomaba un trago y me iba; y que por favor no me vayan a insistir.
Llegamos xime y yo al tiempo a una casa de puerta chiquita en la 74 con 11. Parisina; definitivamente. No me van a creer. Xime un poco muerta del susto. Y yo que quería salir rápido del paso. Saludar, tomarme mi trago y largarme. Sin embargo, cuando el man nos abre la puerta, indudablemente el charm de su hogar bajó por las escaleras de madera, chuecos los escalones como en parís; chueca la baranda, como en parís, y nos invitó no solo a entrar sino a observar, husmear y decir woooow las dos al tiempo. En el segundo piso dos cuartos de un estudio donde no hay cama sino unos ventanales grandotes, altos, con postigos. como en paris. Al fondo una biblioteca llena llena de libros. Esto fue lo que anoté en mi bbry para que se hagan la idea (no es pereza de escribir es que me parece que las notas hablan bastante sobre lo que estaba pensando)

Lugar Parisino. Ventanas altas. Espacio cuadrado redondo. Será que los manes hacen como uno, que calcula hasta la canción que va a poner para seducir al visitante. Tiras de libros en una biblioteca. La vuelta al día en ochenta mundos. Perros de origami. Cama en el suelo que no parece una cama. Tequila con sal y maracuyá. Instrumentos musicales. Un florero cuadrado lleno de dados, todos los tamaños y colores. Me parece un florero lleno de azar y suerte. Olor a pielroja. Luz roja, luz opaca, luz ópalo, luz ámbar. Xime aprende a tocar la trompeta. La empuña como a una pistola. Gabriel habla de la boca; las notas que salen, la lengua que impulsa o detiene, cierra o abre. Se muere de la risa. Xime dispara con el sonido. Luego es mi turno. No logro sacarle una sola nota a la trompeta.

Hasta ahí van las notas. Pues claro que no logré sacarle una sola nota a la trompeta. Lo mío es el piano que tiene otras dificultades. Luego de los tequilas fumamos habano; me pareció que sabía a chocolate quemado. Xime que no cabe de la dicha y yo que me voy a dormir. Fuimos a comer a un mexicano que hay cerca, delicioso. Tomamos Corona y nos morimos de la risa. El man nos propone ir a un concierto de salsa o jazz (no puse mucho cuidado) donde toca un man que le dicen pantera, un trombonista que tocaba creo que con fruco y sus tesos y que ahora quiere armar un grupo. Luego Velandia y la tigra en boogaloop. A xime le brillan los ojos y me mira pidiendo compasión para que yo diga que sí. Pero es que no, cuando yo estoy cansada no hay nada que se pueda hacer; soy terriblemente terca. intransigente en la idea de que todo lo que quiero es dormir. Yo realmente no caí en el encanto del man; es cierto que cuando uno no es el tragado como que ve todo en los colores que son. Los que acabo de describir pero pues nada más. A xime el corazón le latía a mil. Entonces que los acompañara. Que vamos que va a estar bueno. Les dije: si de verdad son mis amigos déjenme ir a encontrarme con mi cobija y mi almohada; la mejor cita que podría tener esa noche. bueno, la segunda mejor. Pero la primera no era tampoco con pantera o con velandia.
Además, le expliqué a xime cuando el man se paró al baño, lo mejor pues era dejarla solos. O cuál era la idea? estar los tres como amigos de colegio? yo fui invitada para hacer el set up y largarme. Y eso fue lo que hice. Luego de comer me tomé un tequila más y me vine a mi casita. dicha total.

Xime se fue a conocer a pantera en una noche de aventura con Gabriel. Voy a llamar a ver cómo le fue...

uno de esos días

Hoy es uno de esos días de indecisión por culpa del sol. No sabía si arruncharme, dormir otro poquito y morirme del calor entre mi cama. La otra opción era levantarme; pero ahí el otro dilema: a qué? trabajar, la primera opción. caminar en el sol. ir a la oficina a recoger la cédula que dejé en la fotocopiadora (eso ya lo hice y también compré el pan en sudadera a las 9am). ir donde mis papás a ver a mi hermana y a mi tía. sentarme en el balcón en piyama como hace una semana.
Estos días así son de prueba. Lucho contra responsabilidades y deberes como siempre. Son como brotes de mi pensar obsesivo que debo calmar moviéndome: ordenando, lavando loza, tendiendo cama. Pero ya todo está ordenado.
Entonces Caro resuelve mi dilema: vamos a desayunar, vamos a tomar el sol. vamos a acompañarnos y a pensar qué hacer o a no pensar en nada. Vamos a trabajar en nuestras cosas, cada una con su computador, en mi casa. Porque esto no para. No importan las noticias de la mañana. No importa tener que recoger ninguna carpa. Esto no para. Caro y yo vamos a mirar por dónde. Oíste caro? Gracias por darle sentido a este día de sol. Te quiero siempre (pd: cómo se taggea en esta cosa? soy la ignorante del blog)

domingo, 16 de enero de 2011

historia de recuperación

Estoy en recuperación. Porque el final del año fue fuerte, convulsivo-calmado, triste-feliz, cansado-descansado.
Volví al blog porque al fin llegó una buena historia, o más bien la gana de postear. Ayer recuperé a mi ximena, mi prima. La que perdí hace tres años por razones insuficientes pero que en ese momento eran suficientes. Aunque siempre supe que nunca serían suficientes. Me sueño con ella por lo menos dos veces al mes desde que dejamos de hablar...era la exacta sensación de tener una hermana perdida, y en esta soledad que vivo últimamente siempre pensaba en ella: como si estuviéramos para tener hermanas perdidas por el mundo. Si ya de por sí es un milagro tener hermanos del corazón, de los que lo conocen a uno hasta el último rincón de la entraña.
Le pedía al cosmos una oportunidad para encontrarla, una carta, un mensaje, una coincidencia. Que sucedió anoche, acá en Bogotá. Porque hubiera podido ser en cualquier parte del mudo. Pero la encontré en Bogotá y nos dimos un abrazo que me devolvió el alma al cuerpo, aunque hay mil cosas que hablar y tenemos que poner al día tres años de historias, pero confirmé que el corazón sí que tiene una memoria y que cuando uno encuentra a tiempo al que se le perdió, el hueco se cierra de inmediato y todo se localiza en el encuentro. Es lo único que importa.
Estaba esperando una señal de cómo va a ser este nuevo año, o una especie de cabañuela o noticia que me diera una pista. Creo que va a ser el año del encuentro, de la recuperación, de la vuelta. Lo que me hace falta es posible que llegue este año, se me ocurre. Sea lo que sea que me hace falta y que me tiene tan intranquila desde noviembre pasado. Al menos ya recuperé a mi prima. Puedo decir que la vida me cumplió un deseo, seguramente porque lo deseaba mucho, con perdón y con humildad y con puro amor. Es muy bonito recuperar a alguien.