viernes, 21 de agosto de 2009

mots doux, mots bout d'choux...

Últimamento tengo sueños raros, super vívidos, parecería que premonitorios. Anoche no dormí mucho; estaba ansiosa porque hoy era mi primer día de trabajo. Estuvo bien. Voy a trabajar con la parte buena del banco, con los programas de comunidad y apoyo a fundaciones, educación de niños en el tema de emprendimiento. Por fin le va a servir a alguien mi trabajo, parece. Incluso creo que me voy a inscribir como voluntaria en uno de los programas, para ser profesora de una vez y encontrarme con mi destino.... Esa es la parte buena del trabajo.

La otra es el tema estresante de los medios, las entrevistas y los comunicados de prensa, ahora en cosas financieras, la comunicación interna, la identidad, la cultura...eeettttcccc. Pero si pude en paris hacer mi práctica en la aseguradora de crédio, con gente todavía más desconocida, e incluso ahí encontré amigos...espero acá no aburriiiiiiirme con el pasar de los días. A veces se me agota la tolerancia y cada vez veo más claro que voy a resultar pescando en Providencia, administrando un bead & breakfast, con un maridito bien lindo y un par de hijitos que crezcan al lado del mar. ¿Difícil? ¿inverosímil? Creo que un día voy a tirar todo, y me voy a desaparecer. Me voy a ir a tailandia con Corentin, el amigo de Elise (mi roomate parisina), que dos años después de no verme me sigue proponiendo que me vaya con él...un día de estos me voy a ir a donde sea, y nadie me va a volver a ver...

Durante el par de horas que logré dormir anoche tuve un sueño super lindo, del que me acordé ahorita cuando me estaba empiyamando. Me soñé que a mi casa se entraba un gato.Un gatico divino, con el pelo como corto, ahora que lo pienso era un gato de verdad, pero el pelo era como de peluche. Era blanco con manchas cafés oscuras y otras más claritas. Era pesado y grandote. Se entraba a mi casa por una ventana que había dejado abierta; cupo entre las rejas de rombos, y cuando entró empezó a saltar por toda la casa tratando de entender dónde estaba. Luego me vio y vino, me envolvió las piernas con la cola, ronroneó. Y cuando lo alcé me dio besos y mordiscos, como si me conociera de siempre. No me dio alergia.

Yo supe que el gatico se iba a quedar conmigo entonces lo llamé choux-choux, y le dije claramente que se podía quedar si cumplía dos condiciones: no orinarse fuera de la caja de arena, y no afilarse las uñas con los muebles (pensé que tendría que salir corriendo a comprar la caja de arena). El gato entendía lo que yo le hablaba y me miraba como asintiendo; aceptando el compromiso. Me sentí feliz de haber encontrado a mi gato, o que mi gato me hubiera encontrado, y que quisiera quedarse conmigo. Pucha, qué sola que me debo estar sintiendo estos días para soñarme todo esto... me desperté como a las 3am. y el gatico no estaba conmigo. Me dio insomnio y ganas de llorar. Anoche también me soñé con paris, ahora que me acuerdo.

En paris todo era jugando, nada de lo que hacía era tan en serio. extraño esa sensación. la extraño, la extraño y la extraño...

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