miércoles, 28 de octubre de 2009

corta entrada, rápida salida

Estoy en algo que se llama musicoterapia. Es mi nuevo experimento introspectivo.
Soy el conejillo de indias de un amigo de xime, mi amiga psiquiatra. Es un doctor joven que se está especializando, haciendo la tesis, entonces yo soy su paciente. También tiene ojos azules, pero azules oscuros, brillantes. Un color que nunca había visto; como de fondo de mar. Aunque Caro se ofende cuando le cuento que mis doctores me parecen churros; me dice: Angelita son tus doctores! pero qué hago, alguien que le descifre a uno la cabeza pues tiene que volverse una imagen bonita para uno no? Y si tiene ojos de color de fondo de mar, pues más.
Luego cuento con detalle, pero la musicoterapia ha resultado ser una cosa increíble. Muy intensa. De esas que arden pero después sanan.
Y no se preocupen que ya fue suficiente con los mú-si-cos; ahora no me voy a enamorar de mi mu-si-co-te-ra-peu-ta. No necesito otro trabalenguas musical.
Además estos días tengo el corazón en re-po-so.

No hay comentarios: